jueves, 10 de septiembre de 2009

César Millan, ¿Encantador o embaucador?

Hola a todas/os

Aquí os dejo un interesantísimo artículo de ENRIQUE SOLÍS (Director y Educador Canino de LEALCAN):

"Como educador canino, la verdad es que me siento un poco estafado o por lo menos dolido. Un canal de televisión nacional, ha traído a nuestro país el peor programa que se podía emitir sobre Educación Canina (si se puede llamar así, lo que hace el encantador de perros) promocionando y divulgando el “Adiestramiento de perros” como nunca he visto en los 13 años que llevo de profesión. Es lógico que los espectadores estén confundidos al respecto… ¿Cómo puede un canal de televisión promocionar una competición canina tan estimulante como el Agility, o programas sobre educación de adolescentes, niños, alimentación… y a la vez difundir un método de educación canina tan obsoleto, que roza y a veces rebasa, la línea del maltrato animal?

Desde que se emitió el primer programa, los educadores caninos que creemos en la Educación en Positivo, no dejamos de recibir comentarios de dueños de perros que aplicando las técnicas de Millán, han visto cómo aumentaban los problemas de sus perros hasta límites insospechados, que en los casos más graves de agresividad, han acabado con el sacrificio del animal.

Y yo me pregunto ¿hasta dónde merece la pena aumentar la audiencia?

He tardado mucho tiempo en decidirme a escribir este artículo. El programa ya lleva casi un año emitiéndose y esperaba que la cadena escuchara las voces de expertos en la materia que se han ofrecido en numerosas ocasiones, para crear un programa de Educación Canina con técnicas actuales y respetuosas con el perro. Después de dar mucho la lata hemos conseguido algo, que por lo menos pongan un rotulo indicando que “las técnicas utilizadas deben ponerse en marcha por un especialista”. El problema es que ni siquiera debería utilizarlas el especialista. Ante la insistencia, la respuesta del canal, ninguna. Y por supuesto a seguir promocionando al encantador y aumentando audiencia, esta vez publicándole un libro en castellano.

Otra confusión para el espectador es que buenos consejos como hacer una actividad física adecuada con nuestro perro para canalizar y quemar su energía, se generaliza para todos los perros, como si a todos les viniera bien patinar a toda mecha desde el primer día, independientemente del problema que tengan, toda una americanada. No se ha parado a pensar, que la actividad tiene que ser adecuada para cada perro y que no les debe someter a niveles altos de estrés sin valorar las consecuencias de ese ejercicio. En algunos perros, determinadas actividades pueden ser contraproducentes porque les activamos en lugar de relajarles, que es lo que se busca con esa clase de ejercicio. A otros perros, simplemente les puede dar miedo, por lo que se tendrían que acostumbrar progresivamente (este concepto no es muy utilizado por el encantador).

El señor Millán, siempre tiene el mismo diagnostico para todos los perros y nunca descarta problemas veterinarios que pueden ser una de las causas del problema del perro. Fundamenta todo su trabajo en la teoría clásica de la jerarquía, bastante obsoleta, por estar basada en estudios de manadas de lobos en cautividad, que difieren mucho de las manadas en libertad y por supuesto de los grupos familiares en los que se integra el perro domestico actual. Todos los conceptos que utiliza como “el líder” de la manda, “el alfa”, “el más dominante”, provocan un foco más de conflictos y discusiones en las familias. Las personas que ven el programa suelen comentarnos que, cuando el perro no obedece a un miembro de la familia, es porque no le grita lo suficiente, por que no se impone, porque no tiene dotes de mando… con lo cual cada vez gritan y gritan más y claro, nunca es suficiente por lo que hay que utilizar otras fórmulas más “ofensivas”.

Otras técnicas que suele utilizar el encantador para solucionar casi todos sus casos, son la saturación o inundación. Que el perro tiene miedo a la piscina, pues le tiro de cabeza; que el perro gruñe cuando le intento cortar el pelo, pues le sujeto con todas mis fuerzas para que se esté quieto aunque gruña, y se lo corto; que se lanza a por los monopatines, pues pongo a un niño a patinar delante de él para que pase a 10 centímetros del perro, con el peligro que eso conlleva para ambos (menos mal que en los programas el pobre niño es el hijo del encantador). Por no hablar de las sesiones interminables de trabajo en las que consigue estresar enormemente tanto a los perros como a sus dueños. Me da la impresión de que nunca ha escuchado hablar de desensibilización, contracondicionamiento, habituación…

Además del ejercicio físico el perro necesita ejercitar su mente, en este punto estamos todos de acuerdo. Desde mi punto de vista, podemos utilizar juegos educativos, practicar habilidades caninas basándonos en el refuerzo positivo, dar paseos agradables para el perro en los que pueda olfatear, estar con otros perros… Desde el punto de vista del encantador, la actividad mental también esta en los paseos, pero de distinta forma: el perro no puede olfatear el suelo, no puede saludar a otro perro. El collar debe situarse el la parte alta del cuello (si es con un collar de estrangulamiento o de púas, mejor), el encantador explica que así se le controla mejor, estoy totalmente de acuerdo, es la parte del cuello más sensible y lógicamente, donde le hacemos más daño.

También podríamos hablar de sus toques de atención que pueden ser de varios tipos: Uno de ellos es golpear al perro con dos dedos y decirle “Relax”; seguimos con la obsoleta técnica de dar la vuelta al perro para sujetarle y que se “someta” (conocida como “Alfha o Dominace Roll-Over”). Ni que decir tiene las consecuencias o efectos secundarios de estos toques de atención que pueden agravar el problema, provocar miedos… Otro toque, es el clásico tirón de correa, eso sí con la maestría que solo el encantador tiene y que a los pobres propietarios nunca les sale. No nos olvidemos del mejor de sus toques maestros: el collar de descargas eléctricas, de camino a ser prohibido en algunos países y él utilizándolo en televisión impunemente.

Sinceramente, sería una maravilla que todos los problemas caninos se solucionasen en un día como hace el Sr. Millán “encantando a los perros”. Desgraciadamente no es así, por mis años de experiencia trabajando con problemas de comportamiento canino, tengo comprobado que normalmente hace falta mucho más tiempo. Con los seres vivos no existen fórmulas mágicas, recetas milagrosas o manuales de instrucciones. Cuando el encantador se marcha, se acaba el encantamiento, el príncipe vuelve a ser rana y los problemas reaparecen o se agravan.

Creo firmemente en la educación como proceso y en la educación en positivo. Creo que, se puede disfrutar de la compañía de nuestro perro, sin tener que someterle a este tipo de entrenamiento. La verdad es que es una lástima que con la cantidad y calidad de educadores caninos que existen en Estados Unidos y en España, hayan tenido que elegir este programa como modelo. ¿Será que es más económico que otros programas de calidad, o es que simplemente no se han asesorado correctamente antes de comprar todas las temporadas del “Encantador de perros”?

Enrique Solís
Director y Educador Canino de LealCan "

Bueno lo lei y me gusto espero que os sirva tener otra vision, cada uno es libre de pensar a su modo