miércoles, 6 de marzo de 2013

Oporto enero 2013


El fin de semana del 26-27 de Enero acudimos a la exposicion canina de Oporto (en Portugal y punto obligatorio del Campeonato portugues)

En este caso fuimos de personas: Alvaro, Carlos y yo, y en el equipo perruno, Kay, Aisha y Zeta. 

Nos cuenta la cronica Alvaro:

Desde el principio afrontamos el viaje y exposicion de Oporto con muchísima ilusión, un viaje largo con buena compañía y para una expo de alto nivel, ya que era un punto obligatorio. 

Fue montarnos en el coche y creo que pensamos que sería una exposición diferente. El primer reto: aguantar la primera noche en el coche delante de la expo, haciendo bastante frio y el aforo del zafira un poco completo. 

Yo fui el primero en salir del coche para estirarme después de estar en una postura un tanto incomoda durante varias horas, al salir del coche solo pensaba en que se abriese las puertas del recinto para empezar la jornada y cuando me da por mirar la hora se me cortó hasta el frío, se nos pasó el detalle que en Portugal hay una hora menos que en España. 

Yo harto del coche y de la noche, me deprimo cuando ajusto la hora portuguesa y aun quedaban un par de horas para empezar la expo. Berta me acompaña en el paseo nocturno y aprovechamos para sacar a las perras, pero como Berta y yo tenemos un humor muy bueno nos hartamos de reir al pensar lo torpes que habíamos sido y bueno ya quedaba menos, Carlos ni se inmuto del fallo técnico porque digamos que tiene un sueño fácil. 

Llega la hora de entrar y empezar a montar el tinglado. Salíamos temprano a ring, y bueno no conseguimos el punto de Kay pero Zeta consiguió la mejor joven, lo cual significaba que nos quedábamos a las finales. Esas horas las pasamos con nuestros amigos perreros y comiendo sobre todo. Llegan las finales y se cumplió lo previsto, no hicimos nada en grupos, pero no era malo así podíamos ir antes al hotel para dejarlo todo listo e ir con la compañera de Berta a hacer turismo a Oporto. Estábamos muy cansados pero muy contentos por ir cámara en mano. 

Pasamos una noche estupenda, cenamos un riquísimo plato portugués, y nos hicimos cientos de fotos. Llegamos al hotel, las perras cenaron y se acostaron de manera inmediata porque estaban reventadas, al igual que nosotros, solo recuerdo como me acostaba en la cama después de una ducha maravillosa.

Suena el despertador y yo tenia un buen presentimiento, mientras Berta y Carlos preparaban las cosas yo me encargué de sacar a las 3 gitanillas, aunque hacia una mañana de lluvia. Nos montamos en el coche con la sensación de haber pasado una noche muy corta, llegamos a la puerta del parking del hotel, que no abria hasta las 7 y media de la mañana y nuestro despertador sonó a las 7, pero hora española… Otra vez no!! Nos volvimos a confundir era las 6 de la mañana y ya que estábamos con todo preparado, aprovechamos para desayunar en el coche y cuando nos da por mirar los espejos vimos una fila de coches que también se habían confundido, obviamente todos españoles pero bueno echamos una horita de charla con gente muy maja.

Por fin llegamos al recinto y esta vez estuvimos compartiendo el dia con Gundor Paris. Empezamos a preparar a Kay y Zeta para salir a ring, esta vez jueza lituana, con lo cual esperábamos buenos resultados, y aunque no conseguimos el punto de kay salimos muy contentos por el juicio (dio rapords uno por uno a cada perro). Zeta volvió a conseguir el mejor joven y otra vez a las finales.

Una vez llegan las finales me sorprendi con la cantidad de perras que había en el ring de honor y me sentía muy pequeñito allí en medio. Mi buen presentimiento matutino se confirma cuando Zeta y yo somos seleccionados como mejor de grupo 1 y empezamos a pelear por el BIS joven. Estaba eufórico, Berta desde fuera me decía que me relajada, yo ya estaba emocionado y no me importaba en absoluto que no fuese seleccionado entre los 3 mejores porque ya estaba entre los 10 mejores jóvenes de toda la exposición. No conseguimos podio pero estábamos pletóricos.

Habia que recogerlo todo para volver a casa y asi lo hicimos, nos despedimos de todos los amigos y cargamos el coche. Estabamos muertos y aun nos esperaban 9 horas de coche…

 El GPS nos mete por carreteras secundarias tétricas, sacadas de novelas de terror y yo empecé a bromear con que nos íbamos a encontrar a la niña de la curva. Doblamos una curva y vemos en mitad de la carretera un único coche con las luces de emergencias puestas y el coche parado, en ese momento la adrenalina por las nubes, Carlos activó el cierre centralizado, cuadró un cambio de rasante y de repente los faros iluminan las carreteras y vemos una cierva muerta en medio de la carretera, claro yo pensé que Berta no se dio cuenta y al grito de “CUIDADO!!!” Berta dio un frenazo, seguido de un grito, y todo lo que había en el maletero enterró a Carlos, y fuimos a ver que había pasado. Ayudamos al señor del coche y apartamos el cuerpo de la cierva para que no provocase accidentes. Empezamos con risas nerviosas y ya nos tranquilizamos. 

El resto del viaje no fue mas que una parada para cenar y reponer fuerzas para llegar a casa.

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